martes, 30 de marzo de 2010

lunes, 29 de marzo de 2010

Revista Narrativas, número 17


Ya está en línea el número 17 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano. La revista puede descargarse en la siguiente dirección: http://www.revistanarrativas.com

Este número consta de los siguientes contenidos:

- Ensayo

Cosmomemorias de otro mundo: “Llanto. Novelas imposibles”, por Demetrio Anzaldo González

La visión de la ciudad moderna en “Los pasos perdidos” de Alejo Carpentier, por Jorge Eliécer Pacheco Gualdrón

Sancho y su renuncia, en el camino a la novela moderna, por Nerea Marco Reus

Yocandra a través del espejo, en la novela “La nada cotidiana” de Zoé Valdés, por Orlando Betancor

Los relatos góticos de Sir Walter Scott: “La habitación tapizada”, por Enrique García Díaz

- Relato

El albañil cósmico, por Carlos Salem

Mi nombre en el google, por Claudia Apablaza

Sexo, cárceles y un soplo en el corazón, por José Antonio Lozano

Tres microcuentos, por Jesús Esnaola

Muñón de cerdo, por Gonzalo Martín de Marcos

obispos, por axel l. krustofski

Hay amores que matan, por Juan Carlos Vecchi

La procesión, por Mari Carmen Moreno

Carlos (el plural), por Sergio Sastre

En el pantano, por José Carlos Nazario

Mujeres como usted, por Lucía Lorenzo

Vaso de bourbon, por Ana Patricia Moya

Lo terminé porque siempre acabo el libro que empiezo, por Daniel Pérez Navarro

Un viaje poco común, por Carlos Montuenga

Como hacen los hombres, por Noel Pérez

Tokio en abril, por Rodrigo J. Gardella

6025, por Jorge Eliécer Pacheco Gualdrón

M. O. Hoppern, por Ramón Araiza Quiroz

Worm, por Luis Emel Topogenario

Juntos para siempre, por Blanca del Cerro

Correspondencia nicaragüense (V), por Berenice Noir

Tomates podridos, por Andrés Portillo

Sal en sus libros, por María Virginia Ocando

Después, por Gabriela Urrutibehety

La carpa, por Luis Mariano Montemayor

Cirugía Plástica, por Javier Silvela Maestre

Bar, por Giovanni Rodríguez

El secreto del árbol, por Raúl Barrozo

Una historia del Japón, por Carlos Manzano

Ella trabaja en una guardería, por Santiago Eximeno

- Narradores

Norberto Luis Romero

- Reseñas

“La noche de los tiempos” de Antonio Muñoz Molina, por Ághata

“El momento del unicornio” de Norberto Luis Romero, por Luis Borrás

“El viaje del elefante” de José Saramago, por Ághata

“Literatura thantica: búsqueda de una memoria común” de Pablo García Dussán, por Lillyam González

Espejos” de Eduardo Galeano, por Daniel Orizaga Doguim

El cuento de nunca acabar” de Carmen Martín Gaite, por María Aixa Sanz

- Miradas

Una mirada al anticlericalismo de Blasco Ibáñez, por Johari Gautier Carmona

Carmen Martín Gaite: el espíritu de superación, por María Aixa Sanz

El sino melancólico del tango, por Gabriel Cocimano

- Novedades editoriales

Revista Narrativas

http://www.revistanarrativas.com

viernes, 26 de marzo de 2010

Texto de Ángeles Prieto

CHESS

Han pasado ya tres meses y todavía me pregunto cómo se le ocurrió enfrentarse con esta comentarista puntera en los torneos de élite. ¿Confundir mi amistad sincera con el Divino Juego?, ¿pretender destruir yo su fortaleza regia? Pues tras tomar la iniciativa con ese gambito manido para que, ennegrecida por la desconfianza, me enrocara en mis posiciones muy asustada, me lancé segura a ofrecerle mis mejores piezas en cada turno que me tocaba. ¡Anda ya!, ¡si la partida estaba más que cantada! ¿Acaso pretendía vencerme ese botarate impulsivo? En seis jugadas le di mate. Y aún tuve que aguantarle, muy relamido: “nunca comentes mis movimientos en tus tratados”, creyéndose Bobby Fisher o un trasunto de Capablanca... Qué decepción. Fue inevitable que más tarde lanzara el tablero al aire y que, ignorando ya del todo mi condición femenina, ni siquiera me molestara por el desastre. Que lo recoja su madre.

Texto de Ángeles Prieto Barba

Fotografía de Karin Lungwitz
http://www.abunda.com.ar/

martes, 23 de marzo de 2010

El caparazón de los animales

Se volvió loco. Aquel día perdió la razón y se quedó así para siempre. Extraviado. Taciturno. Tocado y hundido. Eso dicen en el barrio. Pero yo no lo creo. Yo no creo que esté loco. En realidad, yo creo que él es el único cuerdo entre todos nosotros. El único que no miente, finge ni se engaña. El único que no se esconde dentro del caparazón los días de tormenta, helada o granizo. El único de todos nosotros que vive a la intemperie.
Dicen que aquel día se volvió loco. Pero yo no lo creo. Simplemente nos mira y calla. Soporta en silencio las miradas de reojo, los comentarios a su espalda, las sonrisas amables de lástima y compasión. Pero él nunca se encaró con los misericordiosos. A ninguno nos ha reprochado nunca nuestra vulgar estrategia y cordura. La piel encallecida y resbaladiza de nuestros caparazones. Nunca ha soltado discursos vergonzantes que dejaran en evidencia nuestra habitual maniobra de supervivencia y defensa, nuestro corazón retráctil, nuestra desmemoria con un simple parpadeo, la amnesia manejada por control remoto.
Él, desde aquel día, se quedó callado. Sentado en un rincón de la terraza en cuanto llega la primavera. En la mesa junto a la ventana durante el otoño y el invierno. Fumando y mirando a la gente. Viendo como todos le esquivan, evitan mirarle de frente, reconocer en él la conciencia dormida y el recuerdo incómodo.
Se quedó callado y con la mirada volcánica, desafiante y abierta para el que quisiera asomarse al fondo. Y todos sabíamos que se había quedado así desde aquel día, cuando, trabajando en el vertedero municipal, se quedó clavado en los dientes de la pala mecánica que manejaba el cuerpo de un bebé recién nacido. Un pequeño cuerpo desnudo, sucio y puro, que alguien había arrojado entre las bolsas de la basura.
Le dijeron que cuando él lo atravesó ya estaba muerto; que él no lo había matado. Pero yo recuerdo su mirada desolada entre los graznidos de las gaviotas y el olor del alimento descompuesto. La vomitona y las estériles lágrimas. Esa mirada despierta y lúcida que gasta desde entonces, desde aquel día en el que renunció a meterse dentro del caparazón y olvidar lo que había visto cambiando maquinalmente de canal. Desde aquel día en el que dicen se volvió loco. Él, el único cuerdo entre todos nosotros.

Texto de Jorge del Frago.

La magnífica fotografía es de Thibaut Lafaye.

domingo, 21 de marzo de 2010

El club de los estrellados

Joaquín Berges me envía esta magnífica noticia:

"El Festival du Premier Roman de Chambery (Francia) ha elegido "El Club de los Estrellados" como mejor ópera prima en lengua española del año 2009.

Me invitan a asistir al Festival literario que se celebra en Chambery (Saboya) a finales de Mayo en donde presentaré la novela.
Llevan ya 22 ediciones del Festival.
La de Mayo es la 23.
Su web es
http://www.festivalpremierroman.com/

Hace unos años que, además de autores franceses, invitan a un alemán, un italiano y a un español, que seleccionan después de leer todas las óperas primas que se presentan a concurso. Este año había 9 novelas en español en la preselección (algunas ya premiadas en otros certámenes) y he tenido la fortuna de ser el elegido."

Joaquín Berges
http://joaquinberges.com/



miércoles, 17 de marzo de 2010

La revista TURIA rendirá homenaje a Luis Mateo Díez

LA REVISTA “TURIA” RENDIRÁ HOMENAJE EN LEÓN A LUIS MATEO DÍEZ
EL ACTO SE CELEBRARÁ EL PRÓXIMO 22 DE MARZO
AUTORES COMO LUIS LANDERO, JOSE MARÍA MERINO, SOLEDAD PUÉRTOLAS O JUAN PEDRO APARICIO PARTICIPAN TAMBIÉN EN UN CUIDADO MONOGRÁFICO


El escritor y miembro de la Real Academia Española de la Lengua Luis Mateo Díez será el gran protagonista del nuevo número de la revista cultural TURIA. Con este motivo, la publicación le rendirá un homenaje en León el próximo día 22 de marzo. Se presentará entonces un espectacular y amplio sumario repleto de textos inéditos sobre un autor que domina como pocos el arte de la fabulación y que ha sido descrito como “uno de los novelistas más sagaces, capaces y certeros a la hora de exponer los componentes que fundan la última novela europea”.
Más de veinte autores, entre los que destacan nombres propios como los de Luis Landero, José María Merino, Soledad Puértolas, Juan Pedro Aparicio o Manuel Longares, se dan cita en un cuidado sumario que contiene también un inédito del propio Luis Mateo Díez, “Vidas de insecto”. Una pieza narrativa muy reveladora de su universo literario cuyos primeros párrafos invitan a la complicidad inequívoca del lector:
“El mundo es una oruga. El que quiera mirar por dónde repta para entender de veras lo que hay que ver, sólo tiene que hacerse a la idea de los lepidópteros, imaginarse como la larva que se arrastra con el acordeón de sus doce anillas, siempre dispuesto el aparato masticador con el que triturar los alimentos.
Eso es el mundo. Ni siquiera el gusano más listo que devora la manzana con la misma tranquilidad del feto en el vientre de la madre, sin tener que ir a ningún sitio para comer, con el alimento rebosando por todos los lados. El feto en su claustro, sin conciencia ni conocimiento de causa, como un borrón viscoso tan aburrido como satisfecho.
El mundo es la oruga, no admito otras comparaciones. Verdosa y torpe, arrastrada y feroz, con el único aliciente de ser, además, vegetariana, lo que podría indicar que el vegetarianismo debiera ser la pauta universal del comportamiento mundano”.

UNA COMPLETA Y AUTÉNTICA PANORÁMICA DE LA LITERATURA LEONESA
Además del protagonismo esencial de Luis Mateo Díez, este sumario de TURIA constituye una completa y auténtica panorámica de la literatura escrita en León. No en vano, además de las colaboraciones de los autores ya citados, las páginas de la revista se enriquecen con poemas inéditos de Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre, José Luis Rodríguez García, Carmen Busmayor, Antonio Manilla, Ana Isabel Conejo, Luis Artigue, Vicente Muñoz Álvarez, Rafael Saravia, Raquel Lanseros, Ildefonso Rodríguez y Víctor M. Díez.

Mientras que las contribuciones narrativas reúnen voces de distintas generaciones y estéticas como son las de Elena Santiago o Pablo Andrés Escapa.
Por si esto fuera poco, dos clásicos contemporáneos de las letras leonesas fallecidos el pasado año, Victoriano Crémer y Antonio Pereira, son objeto de clarividentes trabajos de síntesis y análisis de sus respectivas trayectorias por parte de José Enrique Martínez y Nicolás Miñambres.
Otro creador leonés radicado en Estados Unidos, el pintor Félix de la Concha, es el autor de las ilustraciones de esta entrega de TURIA.

UN ATRACTIVO CONJUNTO DE ESTUDIOS Y TESTIMONIOS
Un gran conocedor de la obra de Luis Mateo Díez, el escritor y periodista Alfonso García, será encargado de dar a conocer, en el salón de actos del Centro Cultural de Caja España, el nuevo número de TURIA. Será un sumario muy atractivo y sugerente para cuantos quieran conocer a fondo la literatura de Luis Mateo Díez. No en vano, la revista reúne trabajos de destacados especialistas tanto españoles (Asunción Castro, José Mª Pozuelo Yvancos, Santos Sanz Villanueva, Fernando Valls, Santos Alonso, Agustín Delgado, Jesús Marchamalo, Ramón Acín, Domingo-Luis Hernández) como procedentes de otros países (Irene Andres-Suárez, Maria Vittoria Calvi, Luis Moreno Caballud, Marta Patak). A ellos se suman los testimonios de amigos de la infancia como el escritor Ernesto Escapa, o de quienes han trabajado con él en el cine, como director Chema Sarmiento, o en teatro, como Fernando Urdiales, autor de una premiada dramaturgia titulada “Celama”.
Luis Mateo Díez es, sin duda, uno de los nombres indiscutibles en cualquier balance de las letras españolas de las últimas décadas. Su prestigio en los medios literarios se cimenta en una sólida obra narrativa caracterizada por una imaginación nacida en la memoria oral y por la capacidad creadora del lenguaje. El propio autor, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, reflexionó sobre todo ello asegurando que “la imaginación es el grado supremo de la memoria, el propio fermento de nuestra vida, de nuestra sensibilidad, de nuestras emociones y afectos, la facultad que alimenta la combustión, la potencia que enciende nuestras invenciones”. Buena prueba de ello son sus novelas y relatos, en los que conquista al lector proyectando sobre la realidad de los personajes otras referencias entrecruzadas que proceden de la leyenda, el mito, la tradición oral y literaria. Como anota Asunción Castro en el artículo introductorio del dossier, en las obras de Luis Mateo Díez “lo fantástico, lo maravilloso, lo onírico, también el humor interfieren con la realidad cotidiana y multiplican el sentido de la trama”.
Los libros de Luis Mateo Díez se han traducido a diversos idiomas y entre los muchos galardones que han obtenido citaríamos el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica por su novela La fuente de la Edad (1982), reconocimientos que volvió a obtener en el año 2000 por La ruina del cielo. Ese mismo año ingresaría en la RAE. Su última obra es la novela El animal piadoso.

Fundada en 1983, TURIA ha conseguido convertirse en la revista cultural aragonesa de difusión nacional de más dilatada trayectoria. Por sus páginas han pasado más de mil autores de diversas procedencias estéticas e ideológicas, lo que da idea de la riqueza y pluralidad de sus contenidos. En reconocimiento a su labor y a su perfil integrador de lo universal y lo local, la revista obtuvo en 2002 el Premio Nacional al Fomento de la Lectura.
La revista cultural TURIA es una publicación cuatrimestral, editada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este número cuenta también con el patrocinio de la Fundación Endesa y con la colaboración de Caja España y del Ayuntamiento de León.

viernes, 12 de marzo de 2010

Caja negra

No encontrareis nada
que tenga algún valor.
Si acaso
locura,
y memoria,
amarillas manchas
de alquitrán.
Encontrareis silencio
y aire turbio,
mordiscos,
golpes bajos
de mal perdedor.
Si acaso
encontrareis,
uñas mordidas
y pulpa de papel,
horas esquilmadas,
manchas saladas
de humedad.
Encontrareis soledad
y egoísmo,
y un yo ardiente,
dolorido,
negra espuma
de cristal.

Poema de Jorge del Frago

Fotografía de Rafael Ricoy
http://www.rafaelricoy.com/

Esperando a Beria

Conocí su nombre cuando le dieron el premio Luis del Val. Y descubrí este libro por el Boletín Semanal del Centro del Libro de Aragón. Y me resultó asombroso e indignante que un escritor premiado tuviera que recurrir a la autoedición para ver publicados sus relatos.
Me puse a buscarlo empujado por ese premio y esa reivindicación en solitario. Y lo busqué todavía con más interés cuando mi librería habitual fue incapaz de conseguirme un ejemplar. Un libro autoeditado y sin distribuidor. Un libro a contracorriente. El libro de un escritor premiado que parecía condenado a quedarse en nada. La noticia de un día en la prensa local. Papel de vida efímera.
Conseguirlo se convirtió en el reto de un falso bibliófilo a la búsqueda y captura de una edición rara, limitada y desconocida. Arqueólogo de moderno papel. Descubridor de continentes minúsculos.
Y al encontrarlo en una librería especializada sentí la satisfacción del cazador. La emoción de encontrar un objeto único perdido en el fondo del mar. Y al tenerlo entre mis manos y leer los chistes sin gracia de la contraportada sentí la primera decepción. Dudé. Pero Luis del Val lo había premiado y en la portada decía: “Una colección de relatos con premio de Alfredo Mozas García. Así que decidí seguir adelante. Y al comenzar me llevé la segunda decepción con la “Nota del censor” de la primera página que insistía en el mismo estilo sin gracia.
Y pensé en Beria, en que Alfredo había ganado recientemente el Santa Isabel de Narrativa. Pensé que aquello era una boutade del autor, algo para reírse de sí mismo.
Pero al terminar de leerlo estuve tentado de hacer BookCrossing por primera vez en mi vida. Dejarlo abandonado en cualquier banco de un parque de esta ciudad y olvidarme de él. Y recordé también a aquel escritor y su piscina. Y pensé en lanzarlo, como si fuera un frisbee, desde la ventana y verlo volar en picado hasta estrellarse en la superficie y hundirse. El agua borrando la tinta y su rastro.
Pero en lugar de eso preferí pensar en “Beria y alrededores”. Pensar en el futuro. Y en el pasado. En que todos tenemos un muerto en el armario. Que los escritores evolucionan, se desarrollan, progresan. Que esta colección de relatos podría ser el antecedente, el prólogo, el presagio de lo que está por venir. Que había momentos que merecían la pena. Destellos, fogonazos de luz.
Y me olvidé del relato final que ni siquiera yo, que soy un bocazas, hubiera puesto en un libro. Me olvidé de lo insustancial y me quedé con esa belleza presentida y encontrada. Con la tormenta y la sequía.
Me olvidé de esos relatos sin gracia y ese cuento hecho a medida para un concurso y me quedé con el murmullo que se escucha entre el ruido. Como escuchar un poema entre los decibelios de una discoteca. Con ese amor sordo y la vida escrita y dibujada en un papel. El humor contenido y la ironía de un buzón lleno de lluvia. Y ese transfondo hermoso que se queda entre las líneas de un apunte de escritura y al que me agarré para no hundirme. Me olvidé de lo demás y me quedé con “La confesión” y “Todo lo que cabe en un susurro”. Dos flores entre la paja, el humo, las caricaturas, el chiste y la nada. Quizás el precedente, los alrededores de lo que está por venir.
Me olvidé del pasado y me quedé esperando a Beria.

Alfredo Mozas García “Odio tener que contarlo”. Yo me lo guiso Editorial. Burgos, 2009.

viernes, 5 de marzo de 2010

En defensa propia

No se trata de encontrarle los defectos a la trama. De verla influenciado por esas series de televisión en las que los policías analizan los detalles microscópicos del crimen, encuentran piezas que no encajan y siempre aparece un pelo con el ADN del culpable. No se trata de pensar en coartadas insostenibles ni en dobles vidas imposibles de mantener ocultas. No se trata de valorar su mensaje desde principios legales o morales ni en comenzar un debate sobre la eutanasia. No se trata de que la protagonista sea una mezcla inaudita entre Lara Croft y un ama de casa y que a ratos parezca un hombre metido en el cuerpo de una mujer. Ni de pensar en que el trío investigador resulta surrealista y absurdo y la abuela parece la hermana gemela de Agustín en un moderno y divertido remake de “La ciudad no es para mí”. No se trata de una literatura con pretensiones estéticas, metáforas y mariposas. No. No se trata de eso. Nada de eso es importante. Sino que se trata de dejarse llevar. Vivir la aventura, reírse y disfrutar. Gozar del buen humor y quedarse con el mundo desgraciadamente real que retrata con precisión toda esta ficción. De esa maldita cosa llamada fama.
De pensar en esos actores que en su tiempo eran famosos galanes y lo tenían todo y que con la llegada de una nueva época pasaron a ser nada. En esa caída libre en el abismo. En descubrir a un hombre acabado, consumido, devastado, destruido. Y en la posibilidad de que exista un moderno Tánatos que elimine a los que no desean vivir. A los expulsados de ese paraíso que apesta, a los tachados de la lista de la fama.
Pero no se trata sólo de eso. En esta novela de Ricardo Bosque hay sobre todo una crítica a todo ese mercadillo infecto que podemos ver cada día en la televisión. Esos programas donde algunos venden sus miserias propias y ajenas por unas monedas. Y de todos los que viven de ese sucio cuento. Y del público que disfruta consumiendo esa mercancía podrida al ritmo de un politono. Un submundo en el que un fotógrafo idealista que quería ser como Weegee, el fotógrafo de Nueva York y “El ojo público”, descubre que las fotografías de papel cuché se hacen por encargo, orden y supervisión de la superioridad. Y los mensajes no se dejan en el contestador sino que se graban a golpes en un lugar sin testigos. Made in spain al estilo siciliano.
Un mundo repleto de frivolidad en el que juraría que José Luis Gracia Mosteo hace un divertido cameo que nos llevará hasta la reina de todos esos peones, de toda esa mentira y ese espectáculo denigrante. La persona que escribe y dirige los guiones retorcidos del mundo del corazón. La madame de ese putiferio rosa. Una cínica que dice ofrecer un servicio público a la plebe porque siempre ha necesitado individuos de los que reírse y olvidar así sus propias desgracias. Un nuevo circo romano donde los leones tienen apariencia humana y los cristianos son voluntarios deseosos de obtener fama y dinero vendiendo su dignidad.
Eso es lo verdaderamente importante. Dejar en evidencia toda esa farándula vomitiva. Lo triste y despreciable que resulta. Y agradecer el buen humor de Ricardo. Su estilo ácido y directo contándonoslo. Y descubrir que un ramo de flores lo puede cambiar todo, puede confirmar, en exclusiva y en directo, todas las miserias nacidas de la ambición y el oportunismo; puede convertirnos en cómplices alegres de un acto de justicia, de una mujer que los tiene bien puestos y actúa en defensa propia; dejarnos una sonrisa maliciosa y el sabor agridulce de un sórdido circo que ojala no existiera, pero que, desgraciadamente, el próximo sábado volverá a levantar el telón.

Ricardo Bosque. “Suicidio a crédito”. Mira Editores. Zaragoza, 2009.

miércoles, 3 de marzo de 2010

martes, 2 de marzo de 2010

"Turia" publica poemas inéditos de la Premio Nobel Herta Müller


La escritora rumano-alemana y Premio Nobel de Literatura Herta Müller será una de las principales protagonistas del nuevo número de la revista cultural TURIA. Una entrega que va a ser distribuida este mes de marzo y que cuenta, entre sus contenidos más destacados, con la publicación por primera vez en castellano de una selección de su poesía. Se trata de seis textos procedentes de uno de sus libros más recientes, “Los pálidos señores con las tazas de moca”, editado originalmente en Alemania en 2005.

La traducción de los poemas de Herta Müller se complementa con un interesante estudio en el que se analizan con detalle las claves su trabajo creativo. Ambas tareas corren a cargo de José Luis Reina Palazón, buen conocedor de su obra y Premio Nacional de Traducción.

La poesía de Herta Müller es un ejercicio creativo que nos muestra, en palabras de su traductor, “la extrema imaginación y la sorprendente agudeza” de una escritora inquietante, capaz de brindarnos “el rastro intenso y atractivo de una pluma iluminada”. De ahí que los poemas que TURIA dará a conocer resulten muy ilustrativos de una autora que “favorece lo espontáneo, lo anómalo, lo sorprendente, lo que corresponde a una vida de la que, según ella, no puede tenerse una visión en perspectiva, explicativa o de conjunto”.

Para Herta Müller la poesía está en el mundo, no en el lenguaje. La poesía del lenguaje es un sinsentido, existe sólo la poesía del mundo. O mejor, de la mirada. Si no existe en la mirada no existe en el lenguaje.

Todos los poemas de Herta Müller están sostenidos por un lenguaje en el que las palabras cotidianas que eran tabú bajo el régimen dictatorial aportan su carga metafórica. Son poemas que parecen historietas cotidianas en las que se expresa toda la angustia y la sinrazón de una sociedad represiva. Podría decirse, incluso, que son textos bien cercanos al dadaísmo. Por ejemplo, uno de sus poemas dice: “Cuando vivía el rey parecía un / perro y un ternero y cuando / murió quedó pegada su corona medio hiel / medio melón bajo el pelo / todas las lluvias de verano / dejan su ángel de contrabando entre las / cañas del maíz cada uno un guardaespaldas que una vez / estuvo junto al rey”.

Según José Luis Reina Palazón, sus poemas son como collages, sobrepasan los límites de la escritura y conforman un “arte original, vivo, seductor, que juega con paciencia con nosotros, como una niña asustada que no se atreve a sonreír. Sin duda esa sonrisa trágica ha merecido el Premio Nobel”.

TURIA es, con 27 años de trayectoria y periodicidad cuatrimestral, una de las revistas culturales españolas más veteranas y reconocidas, por cuya labor obtuvo el Premio Nacional al Fomento de la Lectura.