jueves, 10 de diciembre de 2009

Miedo

Supongo que se trata de eso. Que la lectura produzca algo. Provoque una reacción. Así que debo reconocer que apenas llevaba cincuenta páginas leídas y sentí el deseo de salir a la calle con un magnum del 44 en la mano y pedirle a un par de tipos que me alegraran el día. Convertirme en justiciero y limpiar de basura las calles.
Pero en cuanto me dí cuenta de que mis manos no estaban diseñadas para aplastar pájaros dejé de montarme películas y la realidad me soltó un golpe bajo y profundo. De esos que te dejan doblado y sin respiración. Y entonces sentí miedo. Pánico. Terror. Me dí cuenta de mi completa indefensión. De mi debilidad. Pensé que estamos en campo abierto frente a depredadores despiadados y voraces. Y que si te encuentras frente a uno suplicarás piedad y saldrás huyendo con los pantalones mojados. Y correrás a encerrarte en tu cuarto y levantarás una barricada tras la puerta. Temblando con cualquier ruido en el pasillo.
“Látex” no es un mero entretenimiento. No es sólo un thriller trepidante. “Látex” es la dolorosa constatación de una amenaza que vive a nuestro lado. Que a diario jugamos a la ruleta de la fortuna sin saberlo. Basta con ver cualquier telediario.
Siete personajes son suficientes para construir un universo salvaje dentro de un barrio. Un violador, psicópata, sádico y asesino. Mujeres víctimas, mujeres maltratadas. Una niña débil y anoréxica. Un adolescente –único testigo- que se encierra asustado en su habitación. Y el líder de una pandilla de delincuentes menores de edad.
Y como escenario un garaje como el de tu casa; un parque como el de enfrente de tu casa: bloques de pisos y calles de barrio como en el que vives; y todo lo que se esconde detrás de lo que parece de lo más corriente y normal.
“Látex” es un recipiente donde puedes ver flotando el aceite sobre el agua sucia. Por un lado lo visible, lo público. Por otro lo oculto, lo que no vemos, todo de lo que no somos conscientes. “Látex” trata aspectos sociológicos como la anorexia, la violencia machista, las peleas clandestinas, los hikikomori, las pandillas, la cara y cruz de internet, y la violencia en formato noticia que nos asusta durante dos minutos y luego olvidamos.
Y por otro trata aspectos humanos. El destino, la mala suerte, el pasado y sus marcas, el miedo, el deseo, la venganza, la injusticia, el placer, la locura, el valor, la amistad y la vida secreta.
Me pasé la novela con la boca abierta. Atraído, asombrado, enganchado, asustado. Tanto como para dar gracias de mi existencia vulgar, pedir con egoísmo que continúe mi buena suerte y sentirme mezquino por eso. “El infortunio es una caca blanda en la suela de una zapatilla: por más que intentas quitarla, sólo sale con cuchillo”
“Látex” te hará sentirte indefenso. Los monstruos tienen forma humana y pueden cruzarse en tu camino. Sabes que es verdad y darás gracias de que tan sólo sea una novela. Pero, si alguna vez tienes que defenderte y quieres salvarte, nunca dejes las cosas a medias.

Míchel Suñén. “Látex”. Onagro Ediciones. Zaragoza, 2008.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un libro que siempre me ha llamado, y ahora tras leer tu nota, todavía más... a ver si le hago un huequito...

Luis Borrás dijo...

Yo no había leído nada de Suñén y me ha sorprendido positivamente.
Creo que su literatura, en un próximo proyecto, y si mantiene el nivel de este "Látex", merecería dar el salto a una editorial a nivel nacional.
Si lo lees ya me contarás.
Un fuerte abrazo.