lunes, 10 de octubre de 2011

Del yo y los demás

No tendrán la unanimidad de los poemas monógamos ni la estética –a veces hueca-de los versos sublimes; pero sí, al menos para mí, tienen el valor de ser sinceros; de no querer parecer, hacerse pasar por otro; el lujo de sonar, simplemente, de verdad. Iluso./ Viajero de mil naufragios, estúpido labrador/ de estrellas, ingenuo peón de mis mil derrotas…/ De ser versos heterogéneos, múltiples, esquirlas de los días en las que reconocerse, notas de una libreta, inquietudes convertidas en versos.
Poemas que hablan de los demás hombres y de uno mismo. Aborígenes, versos pegados a la tierra. Hombres que Buscan estrellas de mar./ En ocres pardos./ De lomazas./ Lontananzas secanas./ De hierro y frío. Paisaje compartido, retrato y autorretrato. Existencia y vida propia que es pura contradicción. Que hacen al hombre –y al yo- más humano. Eufórico y triste. Salvaje y domesticado. Hombre que escribe versos como un placebo, que necesita, encuentra consuelo en las palabras y aborrece de ellas. Andan caballos,/ cansan jinetes,/ sobran palabras. Versos que son notas sobre uno mismo y los demás, días de vida y muerte, aborigen de la tierra, continente, Europa azul en la que vivimos mientras el poeta busca caminos entre las zarzas. Labramos letras escuchando el tempero y su rara melodía.
Poemas de Víctor Guíu que a mí me muestran un nuevo lenguaje posible, una mezcla de lo puro y lo cotidiano, de tener lo más característico de la poesía y rechazar su artificio, de ser no sólo su inexplicable belleza sino también la sorpresa de un lenguaje narrativo aplicado al verso. De ahí esa sociología grotesca, poemas para reírnos sin sonrisa de nosotros mismos, para reconocernos (modernamente gilipollas) entre juegos de palabras. Así procedo,/ cumpliendo con el contrato absurdo de vivir. Poemas en los que quizás hay un desencanto vitalista, pero también una denuncia personal, un deseo, algo impulsivo nacido de la indignación Quizás desencantado, pero no por ello mudo ni muerto. “Europa del aborigen” que nos descubren además a Sergio Grao y a Ernesto Jartillo.
Mundo globalizado en el que algunos sólo aletean para perder a merced de los dueños del viento. Poemas del yo y de los demás. Generación 78. Poemas de perplejidad y contra el conformismo. Un poema dedicado a la hipoteca, esclavitud moderna, colectiva e individual; y otro, sueño particular, a la conductora de un autobús interurbano. Poemas que son un diálogo, un juego, una falsa imagen. La fuerza de las palabras, su doble significado. Poemas del ego propio y del ego ajeno, de orondos culturetas hinchados; somos/ estómagos de hambre. Poemas de mi reflejo: Te reflejo, te observo, te miro./ Te encuentro y te detesto,/ y a veces me quiero hasta yo mismo.
Poemas para afirmar sobre si mismo con interrogantes. El único sin vivir es aquel de los necios que no creen en nada, / o creen en todo./

“La Europa del aborigen” Víctor Guíu Aguilar. Colección Resurrección. Editorial Comuniter. Zaragoza, 2011.

Víctor Guíu
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Colección Resurrección
http://coleccionresurreccion.blogspot.com/

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