ZAPATERAS REMENDONAS
Todos los chicos sabemos de sobra que las hermanas Gutiérrez roban niños y se los comen, lo que pasa es que no son sonsas, y se van a otros pueblos a capturarlos, porque aquí las conocemos muy bien.
Yo lo sé, mi hermana también, pero no les tenemos miedo porque somos pobres y andamos descalzos.
Yo las vi una vez a las tres sentadas, rodeadas de zapatitos, zapatillas y alpargatas regados por el suelo, sacándoles brillo a los de charol, enhebrando los cordones a las zapatillas y recortando los bigotes a las alpargatas, según dicen ellas, pero mi hermana y yo sabemos que lo que hacen es limpiarles la sangre. Los coleccionan como trofeos y los ponen en unas estanterías muy grandes, donde además tienen otras muchas cosas que, de seguro, fueron de los niños muertos y comidos.
Son unas descaradas, porque todo el mundo puede ver, cuando entra en su casa, los pares de calzado infantil pulcramente alineados en los estantes y mi hermana y yo no nos creemos lo que ellas dicen: que son zapateras remendonas.
Texto inédito de Norberto Luis Romero
http://www.norbertoluisromero.com/
Fotografía de Ángel López Carus
http://www.flickr.com/photos/tiriti/
Todos los chicos sabemos de sobra que las hermanas Gutiérrez roban niños y se los comen, lo que pasa es que no son sonsas, y se van a otros pueblos a capturarlos, porque aquí las conocemos muy bien.
Yo lo sé, mi hermana también, pero no les tenemos miedo porque somos pobres y andamos descalzos.
Yo las vi una vez a las tres sentadas, rodeadas de zapatitos, zapatillas y alpargatas regados por el suelo, sacándoles brillo a los de charol, enhebrando los cordones a las zapatillas y recortando los bigotes a las alpargatas, según dicen ellas, pero mi hermana y yo sabemos que lo que hacen es limpiarles la sangre. Los coleccionan como trofeos y los ponen en unas estanterías muy grandes, donde además tienen otras muchas cosas que, de seguro, fueron de los niños muertos y comidos.
Son unas descaradas, porque todo el mundo puede ver, cuando entra en su casa, los pares de calzado infantil pulcramente alineados en los estantes y mi hermana y yo no nos creemos lo que ellas dicen: que son zapateras remendonas.
Texto inédito de Norberto Luis Romero
http://www.norbertoluisromero.com/
Fotografía de Ángel López Carus
10 comentarios:
No me fiaría no, de esas remendonas.. jeje
Muy bueno. Me gustó.
Un saludo indio
No sé de dónde saca Norberto estos temas tan atrayectes para un escritor y tan inquietantes para un lector. Muchas gracias por compartirlo con nosotros y a ti Luis por ser el vehículo maravilloso que nos lo trae.
Un abrazo.
carolina Molina.
Gracias a Luis y a Norberto por compartirlo con nosotros. No sé de dónde saca estos temas nuestro amigo Nor, son magníficos. De una gran proyección literaria.
Un fuerte abrazo.
Carolina Molina.
Qué casualidad! La foto de la zapatería la hice yo hace unos 8 ó 10 años en Llanes. Ya no existe. Qué pena.
¡¡¡Felicitaciones!!! Una pluma de excelencia y una imaginación desbordante.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Aninés Macadam
La foto es buenísima, Enrique... Y el microcuento, también, por supuesto, Norberto. Es que la imaginación infantil funciona así totalmente.
Por favor, ¿alguien podría encaminar los pasos de esas dignas señoras Gutiérrez, a cierta casita en Madrid, con dos leones delante? Gracias.
Me gusta muchísimo esta foto, es perfecta en su sencillez, y con esa luz.... Tú también la has visto.
Un abrazo
Muchas gracias, Luis, por tu cálido alojamiento y gracias a todos los amigos que, a partir de este momento, dejarán de enviar a sus hijos a recoger los zapatos.
Con un abrazo, Norberto
Sensacional. Es tan... No sabría por dónde empezar.
Publicar un comentario