martes, 2 de febrero de 2010

Tela de araña








Una vez más la imaginación y el arte. Una vez más José Joaquín Beeme.
Otra vez la suerte. Uno de 30. Uno de sus artísticos, únicos y extraordinarios libriccini en mis manos.
Los “Bicharrakos” de José Joaquín son caricaturas, fantasías de tinta china, bolígrafo, trazo y pincel. Ojos enormes de cristal, frágiles y diminutos cuerpos, ciempiés de conchas abstractas; mutaciones, ficciones, cabezudos milimétricos; elefantes de mirada tierna, hechiceros africanos, moscas agigantadas bajo el microscopio de su imaginación.
Ovejas y sepias voladoras, escarabajos egipcios, orugas, gusarapos y souvenirs. Amuletos contra la mala suerte y el mal de ojo. Moscas como naves espaciales, medusas, pulpos extraterrestres, espinas dorsales, langostas, pulgas y pollastres transgénicos.
Ojos como garbanzos, estolas de algodón. Elefantes dalinianos, perfiles de Mariscal. Viscosidad, mucosidad; bailarinas y saltamontes; cuerpos crujientes bajo los pies, la boca y los alfileres.
“Bicharrakos” reptantes, volátiles, bichos caminando sobre el agua y la fina arena del papel.
Taxidermia, neologismo, entomología personal. Colección de humor, ficción y realidad.
“Bicharrakos” es el cuaderno de campo de un creador, un inventor, la isla de papel de un falso doctor Moreau.
José Joaquín Beeme sueña, imagina, mira y dibuja. Convierte al papel en una tela de araña, territorio de caza y fantasía, y al libro en un objeto de arte.
José Joaquín Beeme. Bicharrakos. La Torre degli Arabeschi, 2006.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre lo he dicho. Es fundamental ilustrar un libro. La imagen completa unas letras. Las letras narran una ilustración.