lunes, 20 de abril de 2009

La cosecha de tu fruto


Pertenezco
a la mentira,
enredada en tu nombre.

A la cosecha
de tu fruto,
nocturno
amargo
y difícil.

Me refugio
en las espinas de tu nido,
en la ardiente locura
de tu escarpado regazo.

Me siento a salvo
perdido
roto
desmadejado,
arrastrado hasta donde quiera llevarme
el viento insaciable de tu capricho.


Poema de Jorge del Frago.

La magnífica Fotografía es de Antonio Goya

6 comentarios:

JALOZA dijo...

Poesía, la quintaesencia de la Literatura.

Pura forma, medida,ritmo,rima...La búsqueda de la palabra exacta, del adjetivo adecuado.

Me gusta la carrera poética de Jorge, la sigo con interés. En este poema, de hondo regusto a clasicismo, a lo mejor de la lírica amorosa española, casi podemos oler el deseo, las sábanas escarchadas.

Algún día intentaré seguir la senda.

Y coincido: La fotografía es espléndida.

Ricardo Fernández Moyano dijo...

Un gran poema, ya va siendo hora que nos reveles la verdadera identidad de Jorge del Frago ¿no?

Un abrazo.

Gittana dijo...

Nombre que suplica por el perdón al corazón...
Amagura cosechada en el corazón, talvez por alguna traición.
Locura que creando ese nido ardiente, rodeo las espinas para protegerse.

A salvo en el alma, a salvo en el caprichoso corazón...

Orly dijo...

"...arrastrado hasta donde quiera llevarme
el viento insaciable de tu capricho."

espectacular descripción de como depurar las responsabilidades en ella... no?. Parece chantaje emocional para acercarla hasta dónde el quiere que ella esté...

Orly dijo...

de todas formas... me ha encantado.

Saludos.

José Manuel Ubé González dijo...

Don Luis:

Sé que tiene encerrado al señor del Frago en una bodega del Somontano, con una pesada bola de hierro atada a su tobillo, miles de cuartillas y tinta para que escriba sin cesar. Supongo que es el mejor método para que los genios escriban y no se pongan estupendos, colabores con revistas dominicales o salgan en programas de televisión. Siga así. Pero vigile las existencias de su bodega. Creo que don Jorge es amante del morapio inspirador.

No me haga caso, y continúe por ese camino, don Luis. Por cierto, ¿podría pedirle a sus tíos de Ibi un completo juego de magia para mis ratos de ocio?

Gracias mil. A sus pies.