viernes, 11 de febrero de 2011

Una carta de Carlos J. Urquiaga

Zaragoza, enero y catorce, 1965

Princesa,
la ciudad sacó del armario del invierno una densa niebla con la que nos despertamos. Las calles se vistieron de bruma, escondiendo portales y balcones a los ojos de sus habitantes y sus rutinas. Cada uno entrega al cielo una mirada elevada, sutil y fugaz, buscando de largo el sol que recuerde los días cálidos pasados y los por llegar.
1965, también tu habitas mis calles, año nuevo, propósitos de enmienda, comienzo de nuevos caminos y sobre todo un despertar diario con un desafío por alcanzar... sí, porque el día que perdamos las ilusiones y las ganas de desafiarnos, habremos muerto para la causa, seremos otros, que paradójicamente, tendremos quizás la felicidad a nuestro alcance. Una felicidad acomodada, rutinaria, donde sonarán las mismas canciones repetidas en cada momento del día...
Hoy deseo guardar el tiempo en mi bolsillo, en el viejo reloj de mi abuelo, deseo llenar de vida de locuras, conducir toda la noche para estrellarme en el mar y oler sus sonidos...que me cante una nana la luna, para después, quedar dormido en la arena...
Pero tengo asfalto y adoquín bajo mis pies, suela y ciudad pegada a ella, y me cubren miradas de extraños, regaladas entre la curiosidad y la indiferencia...
Dos suspiros, mesa de mármol y silla de forja, nadie a mi lado, me alcanzan y devuelvo miradas que se cruzan, pero yo no sé descifrarlas...
¿Dónde están los labios que dibuje ayer en la noche? ¿Dónde? Los trazos no estaban dibujados con tinta indeleble, hubo marea alta en mis sueños, y cuarto creciente en mi soledad... los labios se convirtieron en otro adiós, y ya van cientos de labios y la mitad de desencuentros.
Le pido a la vida, un café cortado con leche fría. Mi mano extrae el tiempo del bolsillo. Desnudo mi alma y se desliza por la cucharilla plateada como en un tobogán, para sumergirse en el café.... Mi alma se hace aire que burbujea hacía la espuma... dos sorbitos y la recupero...
Buenas noches, princesa
Te besa,
Tu Mosquetero

Texto de Carlos J. Urquiaga.
De sus “Cartas encontradas en una maleta”
http://princesa-y-mosquetero.blogspot.com/

Fotografía de Carlos Carreter
http://www.flickr.com/photos/ccarreter/

1 comentario:

lacajadepinturas dijo...

Preciosa carta...tendriamos que llenar la ciudad llena de buzones para llenarlos de cartas así...