miércoles, 6 de mayo de 2009

Un cuento de Roberto Malo


La astuta hermanastra.

A las doce en punto de la noche, Cenicienta pierde un zapato mientras sale a la carrera del baile real. Esto lo observa una de sus hermanastras; como se conoce el cuento, se calza en un segundo el zapato de Cenicienta y deja en su lugar uno suyo. Cojeando ligeramente, la hermanastra se aleja del baile con una amplia sonrisa.

Texto de Roberto Malo
http://robertomalo.blogspot.com/

Fotografía de Maite Pérez Pueyo
http://salamandradiamantesdesafiandogravedad.blogspot.com/

4 comentarios:

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

¿Y quién nos asegura que ésta no es la auténtica Cenicienta? Conocemos las historias tal y como nos las han contado primero. Ella la conoce de antemano porque la ha vivido. Podría ser la verdadera Cenicienta, haciéndose pasar por su propia hermanastra. Ya sabía que su hermanastra iba a intentar usurpar su lugar.

Tienes razón, Luis, la imagen es muy apropiada para este relato. Muchísimas gracias!

Anónimo dijo...

¡Ya tengo internet tras un mes de oscurantismo!

Lo que no sabe Roberto, es que existen muchas que calzan el mismo número que la hermanastra, pero que Cenicienta sólo una...

roberto dijo...

La foto de Maite es un acierto. Muy evocadora. Gracias, Luis, ha quedado muy resultón.

entrenomadas dijo...

Me gusta mucho este texto.
Si no te importa me lo quedo para el blog.
Un saludo,

Marta Navarro